EL LOBO Y EL CARACOL.
El lobo corría velozmente a lo largo del camino. El
caracol lo vio y lo llamo. Le pregunto que a donde iba y el lobo le dijo que a
Paris. Entonces el caracol le pidió el favor de que lo llevara pero, vanidoso
el lobo, contesto que tenía prisa. El caracol repuso:
No tendrás que esperarme porque soy más rápido que tú.
Te aseguro que estaré en Paris antes que tú. Hagamos una apuesta. El último en
llegar invitara al otro a comer – y se agarro discretamente de la cola del
lobo.
El lobo respondió:
-
Adiós y
se fue.